Cómo llevar el perro al veterinario sin morir en el intento

Vómitos, diarrea, babeo, nerviosismo, jadeo y alguna que otra cosa más podrían estar en la lista de síntomas de muchas enfermedades. Pero en cambio, en esta ocasión, son algunos de los procesos que sufren muchos de nuestros perros cuando tienen que ir al veterinario. ¿Quién no ha tenido que buscarlo debajo de la cama el día que le tocaba la vacuna?

Esta breve introducción a modo de broma, en realidad, para nuestros perros no tiene nada de gracia ya que la visita al veterinario se puede convertir en un auténtico drama para muchos de ellos.

Lo primero que tenemos que saber es que aunque para nosotros ir al veterinario no es más que acudir a una peluquería, tienda de ropa o cualquier otro tipo de negocio, para ellos, si no se han acostumbrado bien de pequeños, es como meterlos en el centro de un campo de batalla.

La mayoría de los perros y gatos que han estado antes que vosotros en la clínica han dejado “olores de peligro” que avisarán a los siguientes visitantes. Dicho esto, separamos los consejos para cachorros y para adultos ya que ni es la misma forma de actuar ni es igual de fácil.

Tres consejos para llevar a nuestro cachorro al veterinario

1- Acostumbrarlos a la calle

Antes de acostumbrarlo a la clínica veterinaria, se les tiene que acostumbrar al coche y a la calle. Esto se consigue sacándolos mucho de paseo en brazos: primero por calles más tranquilas y después por otras más ruidosas. Siempre debemos darles sus premios preferidos durante todo el paseo. Éste tiene que ser en brazos porque no pueden tocar el suelo hasta la última vacuna de cachorro. Lo ideal es que este proceso se haga antes de su primera visita al veterinario.

2- Realizar varias visitas al veterinario

Antes de la primera vacuna, se debe llevar al cachorro a la clínica veterinaria en distintos momentos del día y todos los días que se pueda. En estas primeras visitas, el contacto con el veterinario tiene que ser cariñoso y sin realizar ningún acto profesional. En la clínica se puede aprovechar para ponerle un poco de comida o darle algún premio mientras se espera. Siempre hay que abandonar la clínica en modo de relajación, nunca cuando esté nervioso o con miedo.

3- Agotarlo para que acuda cansado y con apetito

Durante las siguientes visitas al veterinario, hay que llevar al cachorro ligeramente cansado y con un poco de apetito. Lo ideal es llegar con tiempo para que entre a la consulta con una cierta relajación. Antes y durante la consulta veterinaria, se le tiene que dar algún premio o unos granos de su pienso.

Seis consejos para llevar un perro adulto al veterinario

1- Para los que no tienen miedo

A los adultos que no tienen miedo o tienen muy poco de miedo siempre se les tiene que premiar antes, durante y después de la consulta veterinaria. Con esto fomentaremos que sigan con ganas de visitarnos o que al menos no empiecen a cogernos miedo. Ayuda que vayan cansados y con apetito.

2- Para los que tienen miedo

Lo primero que hay que saber es que es posible que no se consiga el éxito total y, sobre todo, que nunca hay que forzarlos, y hay que tener mucha paciencia.

3- Hacer una buena planificación

Lo ideal es programar sus visitas a primera hora del día después de un buen paseo.

4- Relajación antes de entrar

Antes de pasar a la consulta, se tienen que relajar en una parte algo apartada de la recepción si es posible. Ahí podemos aprovechar para darle algún premio.

5- Realizar varias visitas

Se puede pedir permiso al veterinario para visitar la clínica varias veces a la semana e ir bajando la frecuencia para acostumbrarlo a la clínica. El dueño debe darle caricias y premios y esperar a que esté relajado antes de irse.

6- Mostrar tranquilidad y seguridad

Una vez en la consulta, los dueños tienen que estar tranquilos, hablar con seguridad y coger al perro con firmeza mientras el veterinario lo explora o administra los tratamientos. El contacto tiene que ser el mínimo posible y siempre acompañado de premios, aunque no siempre se los querrán comer. Hay que intentar no abandonar la consulta hasta que esté relajado.

Conseguir que los perros vayan felices al veterinario es bastante complicado, pero no imposible. Nuestro ritmo de vida nos hace buscar la solución rápida, que la mayoría de veces es la peor, pero si le dedicamos todo el tiempo suficiente a nuestra mascota, el esfuerzo merecerá la pena.

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